Tu llegaste a mi vida en el mes de octubre,
donde la noches estaba oscura, las estrellas
brillaban con mas fuerza que nunca.
Esa noche fría, llegaste tu a mi vida.
Tus ojistos asustados miraban los míos.
Esos ojistos azules como el cielo, como
el mar como los míos, AZULES.
Tu nariz, tu orejas... esas manchistas
blancas y negras, negras y blancas.
Tu manchistas bellas eran.
Tu, en una mañana del mes de mayo,
dormías plácidamente, y yo, me acerque
a ti y te dijo: MaRu, a lo que tu me
contestaste con un simple MiAu.
Si saberlos,
TU y YO nos estábamos despidiendo.